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"Nada podemos esperar sino de nosotros mismos"   SURda

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17-07-2015

 

 

Grecia: sin ilusiones en victorias “de papel”


 

SURda

Opinión

Grecia

Rolando Astarita

El domingo 5 de julio se realizó el referéndum convocado por el gobierno de Syriza, para decidir si se aceptaban las condiciones impuestas por la troika (el Banco Central Europeo, el Fondo Monetario Internacional y la Unión Europea) para renovar los préstamos. Como es conocido, se impuso el rechazo con el 62% de los votos.

El triunfo del “No” fue caracterizado por gobiernos latinoamericanos, movimientos y partidos nacionalistas, y la mayor parte de la izquierda, como un gran triunfo. “Los trabajadores y el pueblo griego derrotaron las presiones del imperialismo, de los banqueros y de la patronal griega y su campaña del miedo”. “La troika ha sido derrotada”. “El pueblo griego le dijo No a los buitres”. Palabras más, palabras menos, estas expresiones fueron generalizadas. Sin embargo, conocidos los resultados del referéndum, los líderes de la troika afirmaron que no retomarían las negociaciones si Tsipras no presentaba una oferta “realista”. Y el BCE dijo que no aumentaría la asistencia a los bancos griegos, a la vez que endureció las condiciones de los préstamos. Dada la presión sobre los depósitos, y la escasez de cash, los bancos griegos continuaron cerrados toda la semana. Paralelamente, las encuestas decían que la mayoría de los griegos desea permanecer en el euro.

Finalmente ayer, 9 de julio, el gobierno de Tsipras presentó una nueva propuesta, que es muy similar a la que se rechazó en el referéndum . A fin de que se tengan los elementos de juicio:

Objetivos fiscales : están alineados con la exigencia de la troika; el superávit primario (esto es, sin pago de los servicios de la deuda) pasaría del 1% del PBI en 2015 al 3,5% en 2018.

Impuestos : el gobierno griego acepta eliminar descuentos del 30% en el IVA gradualmente en las islas, hasta 2016 (la troika exigía que fuera inmediatamente); establece el IVA en el 23% como pedía la troika, aunque uno reducido del 13% para hoteles y 6% para productos farmacéuticos, libros y teatro. El gobierno acepta aumentar los anticipos de impuestos a los ingresos de las empresas para fines de 2017 (los acreedores pedían que fuera desde fines de 2016); eliminar el tratamiento impositivo preferencial a los granjeros desde 2017 (la troika también quería que fuera desde 2016). También se compromete a crear una agencia de recaudación autónoma, como exigían los acreedores.

Pensiones : acuerda con los acreedores en eliminar los beneficios de pensiones anticipadas; prevé ahorros en pensiones de 0,25% a 0,5% del PBI en 2015 y 1% en 2016, que era la propuesta previa. Acepta elevar la edad de jubilaciones a 67 años para 2022 (si una persona tiene 40 años de aportes al sistema puede jubilarse a los 62). Acepta implementar una cláusula de “déficit cero” para fondos suplementarios; la diferencia con la propuesta de la troika es que esta quería que se aplicara inmediatamente y el gobierno pide hacerlo desde octubre. Grecia también acepta suprimir una asignación suplementaria a pensiones bajas para fines de 2019 y empezar a disminuirlas desde marzo de 2016, en lugar de hacerlo desde ahora, como pedía la troika. Acepta la exigencia de los acreedores de elevar las contribuciones de los jubilados al sistema de salud del 4% al 6%.

Gasto militar : el gobierno griego propone cortar el gasto militar en 100 millones de euros en 2015 y 200 millones en 2016. Los acreedores piden que sean 400 millones inmediatamente. Como compensación, el gobierno propone aumentar los impuestos a los yates de lujo.

Legislación laboral : el gobierno acepta la exigencia de la troika de no tocar los cambios que ya se hicieron en el mercado laboral. Y se compromete a revisar las regulaciones laborales, incluidos los convenios colectivos, según los estándares de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo.

Privatizaciones : se pondrán en venta las acciones del Estado en Hellenic Telecommunication Organization y se acepta la venta de aeropuertos regionales.

Como puede verse, los cambios con relación a la propuesta anterior de la troika son apenas perceptibles . La mayor variante está en que Grecia pide un préstamo de 53.500 millones de euros por tres años (la troika ofrecía 15.000 millones) y acepta, a cambio, estar bajo la tutela de la UE hasta 2018.

Sin ilusiones en victorias “de papel”, ni en socialismos burgueses

La propuesta del gobierno griego está siendo discutida, al momento de escribir esta nota, en el Parlamento. El ala izquierda de Syriza –40 parlamentarios sobre 149- estaría rechazándola, y propone salir del euro. Pero Tsipras se acaba de dirigir al Parlamento diciendo: “Tenemos mandato del pueblo griego para traer un acuerdo mejor. No tenemos mandato para sacar al país de la eurozona” (tomado del sitio web del New York Times, 10/07/15). Esto es, las alternativas son salir del euro –una salida capitalista “a lo Argentina 2001”-, que parece perder terreno; o aceptar, con variantes menores, el esquema de la troika (que es aceptado también por buena parte del establishment griego). Como dice el dicho, “de la sartén al fuego”.

En este sentido, la nota anterior afirmaba: “…con el referéndum que se ha convocado el Gobierno pone al pueblo en la alternativa de elegir entre la permanencia en el euro, con el costo de la aceptación de las condiciones de la troika, o la vuelta al dracma. Todo hace pensar que se trata de un chantaje para que la gente vote la permanencia en el euro, y acepte más ajuste. En cualquier caso, las dos alternativas se mantienen en los marcos del capitalismo, y ninguna pondrá fin a los padecimientos . Cualquiera de ellas significa más explotación”.

Esta afirmación, junto a mi caracterización de la política de Syriza como un “remedo del ‘socialismo burgués' que criticaban Marx y Engels”, ha suscitado un rechazo bastante virulento de alguna gente. Es que muchos izquierdistas creen firmemente en las “victorias antiimperialistas” de papel, y están dispuestos a abrirle crédito al primer oportunista que se cruce por su camino. Como siempre, el pretexto es el “apoyo crítico para acompañar la experiencia de las masas”. Lo cual queda muy elegante y es lo “políticamente correcto” por excelencia.

Pero los inversores no se impresionaron demasiado con la “victoria antiimperialista” del referéndum. El lunes y martes los mercados apenas estornudaron por el asunto griego (más impacto tuvo la caída de China), y hoy viernes están aplaudiendo con una suba de los precios la propuesta del gobierno de Syriza. Por supuesto, es prematuro predecir cuál va a ser el desenlace final (la propuesta tiene que ser aceptada por los 19 países del euro, Alemania en primer lugar). Sin embargo, es significativo que Donald Tusk (presidente del Consejo Europeo), el FMI y los gobiernos de Obama y Hollande, hayan planteado que es posible y necesario llegar a un acuerdo. En palabras de Tusk, “una propuesta realista de Atenas debe ser emparejada con una propuesta realista de los acreedores para la sustentabilidad de la deuda”.

Por eso todo indica que se estirarían los plazos de pago, y se negociaría algún más o menos en ítems particulares. En este respecto, el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schaube, reconoció que es necesaria una reestructuración de la deuda bajo la forma de prologanción del plazo de reembolso y reducción de intereses.  Se trata entonces de una discusión acerca de qué tajada corresponde a cada uno, y hasta dónde se puede tirar de la cuerda . Y con algunas cuestiones en disputa que no atañen a los trabajadores; por ejemplo, los gastos militares o los impuestos a los yates de lujo, y similares (por eso es una abstracción hablar sin más del “pueblo griego”, por encima de las clases sociales).

Desde el punto de vista político –y también ideológico- reafirmo entonces que lo importante es no depositar ilusiones en las “habilidades” del reformismo burgués, aunque se disfrace de “socialista”. La maniobra de Tsipras con el llamado al referéndum para rechazar la casi misma propuesta que ahora presenta a la troika, encierra esa enseñanza: no hay que engancharse en los carros del triunfalismo pequeño burgués “progre” y fácil. O triunfalismo de papel, como lo llamé más arriba. Hay que entender que las relaciones sociales de producción y de cambio no se modifican con referéndums. Las relaciones sociales ejercen una coerción objetiva que, en situaciones de crisis capitalistas, solo se vencen con la fuerza . Para que lo entienda cualquier reformista “ad usum”: hoy no hay referéndum griego que obligue a un banquero alemán o francés a poner euros en un banco griego, si no está decidido a hacerlo. Y no hay forma de enfrentar una crisis del nivel de la griega con papeletas electorales.

En alguna nota anterior planteé que la izquierda debería tomarse en serio una recomendación de Marx: aprender a luchar sin ilusiones. Entendiendo por “ilusión” una esperanza sin fundamento real de lograr lo que se anhela. Para esto, lo primero es presentar las cosas de forma realista. Es que no hay nada más desmoralizador que llevar a las masas a callejones sin salida. Y no hay nada más estúpido que convertirse en comparsa por izquierda de la desmoralización organizada. Es el primer paso, además, para avanzar hacia la independencia de clase.

Fuente: https://rolandoastarita.wordpress.com/2015/07/10/grecia-sin-ilusiones-en-victorias-de-papel/#comment-15985


 

 
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